LOS 7 ERRORES DE COMUNICACIÓN MÁS COMUNES EN TU EMPRESA
Hablar en público es una valiosa oportunidad para posicionarte como un líder de pensamiento en tu campo y atraer a tus clientes ideales para que trabajen contigo pero …
Pero sólo si te preparas adecuadamente y estableces una conexión real con quien te escucha esto puede llegar a suceder.
Si tu audiencia no puede entender lo que estás diciendo y no consigues que se interesen por tu tema, corres el riesgo de perder credibilidad y la oportunidad de convertirlos en clientes.
En los últimos años, he pasado muchas horas preparándome y preparando a clientes para charlas, ponencias, presentaciones,…
¿Cómo lograr que se interesen por ti?
Lo que todo este trabajo ha tenido en común ha sido la necesidad de implicar a la audiencia para que se interese por lo que digo y decidan seguir trabajando conmigo o mis clientes.
Eso no siempre fue fácil. Al principio, muchas de mis exposiciones eran cansinas, aburridas y poco memorables. Pero con el tiempo, se han vuelto apasionadas, inspiradoras y convincentes.
Lo mejor fue que mis clientes consiguieron los mismos resultados. Ellos se convirtieron en los abanderados de su empresa, defensores de sus ideas, inspiradores de su equipo, convincentes con sus proyectos y apasionados “networkers”.
Quiero compartir contigo algunos de los errores más habituales que acaban con la credibilidad o conexión con la audiencia. En algunos casos he protagonizado algunos de estos errores y en otros, he visto cometerlos a otras personas. En todos los casos, y con el tiempo, he tratado de encontrar formas de evitarlos.
Espero que al leer sobre estos errores comunes reflexiones sobre tu comunicación verbal.
Y me encantaría escuchar tu experiencia:
– ¿Has protagonizado, visto o escuchado alguno de estos errores?
– ¿Qué estrategias has desarrollado para evitarlos?
Esperamos tus comentarios.
Los 7 errores de comunicación empresarial
Error 1
No pensar o NO preocuparte por quien te escucha

La verdadera conexión con tu audiencia se produce cuando consigues hablarles como si fueran compañeros y los entusiasmas con tus ideas.
A partir del momento que electrizas a tu público y te preocupas por sus ideas y pensamientos, es cuando de verdad comenzarán a «recibir» tu mensaje.
Al preparar una charla, a menudo nos concentramos solo en lo que queremos decir.
Sin embargo, lo que debemos buscar es el punto medio que representa la superposición entre lo que queremos decir y lo que a la audiencia le importa y quiere escuchar.
Ahora es el momento de pensar en tu audiencia:
¿Quiénes son? ¿Qué es lo que ya saben? ¿Qué es importante para ellos? ¿Qué tienes que hacer para que te escuchen?
Al hacerte estas preguntas, encontrarás formas de conectar con tu auditorio; ya sea con una historia que les resuene o una experiencia vivida con la que puedan identificarse.
Si no tienes en cuenta esto, te arriesgas a pasar por alto formas de conectarte con tu público y, lo que es peor, que se aburran.
Error 2
PerdER enfoque porque Tu propósito no es claro
¿Cuál es el propósito de tu charla? ¿Qué es lo que quieres que la audiencia haga, piense o sienta después de escucharte?
Cuando tengas claro tu propósito, éste será el faro que guiará tu charla. Te permitirá determinar qué debes incluir en tu exposición y te permitirá decidir qué puedes omitir. También te ayudará a colocar señales potentes a lo largo de tu discurso para conseguir que tu audiencia vaya adónde tú quieras.
Por otra parte, cuando desconoces el propósito de tu exposición, causas desconcierto, confusión, falta de interés, pérdida de atención y por ende, desconexión. Te quedas solo.
Al comenzar el proceso de preparación, define tu propósito en menos de quince palabras y continúa volviendo a él a medida que avanzas en el proceso de preparación. Verás que esto le dará mucho más enfoque a tu exposición.
Error 3
No hablaR el mismo idioma que tu audiencia
Si deseas conectarte con tu cliente o audiencia, necesitas hablar su idioma.
Como líderes de opinión y empresarios, muy a menudo el tema o la solución que consideramos correcta tiene su propio lenguaje, su propia jerga, palabras de moda y términos técnicos.
Cuando nos apasiona nuestro tema, su lenguaje se convierte en algo natural para nosotros. Automáticamente usamos esa jerga familiar para nosotros, pero «extraña» para el resto de los mortales.
Nuestro trabajo como oradores no es esperar que la audiencia hable nuestro idioma, sino que nosotros hablemos el suyo. Si no prestamos atención a las barreras lingüísticas, ponemos en peligro la conexión con nuestro público y corremos el riesgo de que nuestro mensaje se pierda en la traducción.
En ocasiones resulta difícil darse cuenta de que estamos utilizando nuestro vocabulario profesional habitual. Cuando tengas que ensayar pídele ayuda a algún amigo que desconozca tu jerga profesional para saber si tu discurso precisa cambios para que tu audiencia lo entienda.
Muchas ventas se pierden porque algunos técnicos no se aseguran de que los potenciales clientes hablen su mismo idioma.
Error 4
PASAR Diapositivas antes de CONTAR la historia
Si realmente quieres conectar con tu audiencia, cuéntales una historia. Cuéntales una historia con la que puedan relacionarse, y eso te ayudará a ilustrar lo que les quieres transmitir.
Una vez que sepas la historia que quieres contar, piensa en cómo puedes reforzarla: imágenes, accesorios, diapositivas, lo que sea necesario.
A menudo observo, especialmente cuando el discurso tiene un contenido altamente técnico, que se invierte el proceso de preparación. Primero eligen una larga serie de diapositivas y luego, con suerte, piensan en la historia subyacente.
Cuando el orador se prepara de esta manera, pueden salir mal varias cosas:
– las diapositivas pueden volverse increíblemente complejas, técnicas y sobrecargadas de información: La consecuencia directa es la pérdida de impacto de la presentación y una audiencia distraída y aburrida.
– el orador puede comenzar a aferrarse a las diapositivas como si le fuese la vida en ello. Al darse la vuelta para leer las diapositivas, se rompe el contacto visual y se pierde la conexión con su público. El peligro es que el orador cae en la trampa de enfocarse más en leerlas que en estar presente y transmitir el mensaje.
Por el contrario, cuando la exposición cuenta con una historia subyacente y convincente, el orador puede dejar de preocuparse por las diapositivas y comenzar a disfrutar del relato que desea contar.
Error 5
SubestimaR la importancia de una introducción potente

Te la juegas en los primeros minutos. En esos crueles minutos tu público decidirá si quiere o no escuchar el resto de tu exposición.
Es en la introducción cuando necesitas captar su atención, crear una relación y mostrarles el beneficio de escucharte.
Si no logras hacer esto, tendrás que trabajar muy duro para recuperar su atención.
Por lo tanto, preparar una introducción convincente es un elemento clave en tu proceso de preparación.
Error 6
No preparar un buen final
Si la introducción es el momento para captar la atención de la audiencia, el cierre es tu última oportunidad para causar una impresión duradera. Este es el momento en que puedes reforzar tu mensaje y cumplir tu propósito subyacente.
Si tu charla languidece al final, corres el riesgo de perder todo el poder acumulado a lo largo de tu exposición y tu público que se irá con un sentimiento de indiferencia, «¿Y ahora qué?”
Por el contrario, una conclusión sólida abre la puerta a posibles a negocios, ventas,… y futuras relaciones.
Así que, una vez más, dedica un tiempo a trabajar en el cierre durante el proceso de preparación. Ten en cuenta tu propósito para comprobar si tu final lo refuerza.
Error 7
No INVERTIR tiempo para ensayar
Es fácil dedicar mucho tiempo a preparar lo que vas a decir (afinar esos mensajes, volver a revisar esas diapositivas) y dejar poco o ningún tiempo para ensayar cómo lo vas a decir realmente.
Cuando ensayas tu exposición, puedes probar tu material y argumentos en voz alta, ajustar el tiempo que necesitarás y trabajar en los aspectos no verbales de tu presentación. El tiempo de práctica también puede darte la oportunidad de conocer el entorno en el que trabajarás, conocer la logística necesaria y obtener comentarios sobre tu material.
Si no practicas, te lanzarás a la piscina cuando hables en público, y si no funciona, no tendrás escapatoria. Habrás perdido la oportunidad de apuntar un tanto para ti y tu empresa.
Así que, en una palabra, ENSAYA. Aunque eso implique reorganizar el tiempo que tienes previsto para preparar tu exposición.
Recuerda: puedes tener gracia improvisando, pero si además ensayas, te convertirás en un crack de las presentaciones.
Acerca de mi
Mi nombre es Mónica S. Caamaño y soy Coach en Inteligencia Emocional, Relacional y Especialista en Oratoria.
Formo parte de Comunicación Revolucionaria, donde ayudamos a profesionales y a empresarios a convertir oyentes en clientes cuando exponen un proyecto, asisten a una reunión o buscan inversores.
Si deseas conocer cómo te puedo ayudar a prepararte para tu próxima reunión o charla, o cómo reforzar tus habilidades para hablar en público, escríbenos a
info@ComunicacionRevolucionaria.com
para conocer tu proyecto y decidir entre los dos cómo te podemos ayudar.
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